NOTAS DEL 2009…
El año pasado empecé un proyecto inspirada en el carácter efímero de la performance.
Después de experimentar lo efímero en mi práctica coreográfica y leer, entre otros textos, el ensayo de Peggy Phelan The ontology of performance representation without reproduction- en el cual Phelan sugiere que cualquier tipo de registro traiciona la ontología de la performance- comencé por preguntarme si sería posible documentar una performance sin traicionar su carácter efímero y vivo.
Si pensamos la performance como un proceso en donde hay momentos de más visibilidad y participación que otros,¿Sería la documentación parte de este proceso? o ¿Sería la documentación una nueva obra?
La primera problemática con la que me encontré estaba asociada al alcance del concepto de performance . Si la performance se restringía a un evento de corta duración (considerando sólo su presentación pública) estaba, de alguna manera, asumiendo que su antes y después no eran parte de ese momento. Asumir está visión es, a mi entender, excluir su historia, su posible futuro y su diseminación.
Dado que mi interés inicial residía en la parte del proceso posterior a la presentación pública, la pregunta que me hice en ese entonces fue :¿Cuál es el devenir natural de la performance cuando no hay ningún dispositivo externo a los cuerpos para registrar ese momento público?¿Qué pasaría si el único dispositivo fuese el cuerpo?
Después de ensayar varias respuestas, llegué a la conclusión de que probablemente la performance devendría en memoria, experiencia ,rumor…. Su diseminación sería sólo de cuerpo a cuerpo, de voz a voz.
Fue así como decidí trabajar con lo que queda en la memoria del público una vez que la obra “desaparece”, partiendo de la pregunta:¿Qué recordamos de lo que hemos visto/ percibido?
Elegí centrarme en los testimonios del público, porque gran parte de mi inquietud sobre el tema pasa por el hecho de ser espectadora de innumerables obras escénicas.
El proyecto, hoy llamado Tracing, consiste en invitar a distintas personas a que me cuenten sus recuerdos, sin ningún orden determinado, sobre una performance que hayan visto y que quieran recordar. Cada uno de los testimonios es registrado en video por mí.
En cada encuentro trato que la/el invitada/o entre en el proceso de recordar la obra, suelo no hablar mucho, en general les hablo un poco del proyecto y les digo que no voy a interrumpir su relato, que cuando ellos consideren que no tienen más nada que decir paramos de filmar. Mi rol además de filmar el evento es tratar de imaginar lo que esta persona me está contando, convertirme en el público del público. Así es como empiezo a crear una reconstrucción extraña en mi cabeza sobre los recuerdos de esa performance. A veces la reconstrucción empieza como si fuera un puzzle de fichas que todavía no revelan una imagen clara, cuando todavía no se sabe de que se “trata” la obra… Otras veces es como un viaje, un recorrido topográfico, donde empiezo por visualizar la ciudad, el teatro, el lugar donde esa persona estaba sentada, la oscuridad de la sala, las dimensiones del escenario… A veces el relato me despierta otros recuerdos y convivo con esos dos recuerdos por un rato, el de la persona y el mío. Otras veces se mezclan y se vuelven a separar, al cabo de un tiempo ya no sé qué cosas viví realmente y qué cosas imaginé.
Cuando el relato genera un cierto ambiente, otra temporalidad en mi imaginación, siento que he encarnado algo, que la transmisión ha sucedido, esas imágenes construidas en ese momento quedan como nuevas impresiones en mi propia memoria. Y al cabo de los días, al rever los videos, esas imagénes ya son mías, me las he apropiado, como mis recuerdos. Probablemente en algunos años ya no sabré qué obras realmente vi y qué obras inventé.
(notas de mi cuaderno)
Supongo que lo que me interesaba en un principio era crear un archivo alternativo a los registros en video a los cuáles reconozco tenerles un poco de alergia pero ¿pueden los recuerdos del público ser una evidencia de la performance misma?
Las cuestiones son:¿Qué generan esas huellas? ¿Qué tipo de registro poético? ¿Serían esos recuerdos pertinentes a la obra? ¿Qué cuestionan estos documentos?¿Qué le devuelven a la obra?
A partir de este punto de partida empecé a poner mas énfasis en el proceso de recordar y olvidar y en como estos testimonios pueden generar otro tipo de historia, una historia no oficial.
¿Qué archivo se crea a partir de este tipo de documentación orgánica1, que envuelve recuerdos incompletos, fragmentados, inventados?
Muchas veces el testimonio del público no coincide con el propósito del artista. Una de las memorias filmadas, por ejemplo, trata sobre una obra inspirada en “La consagración de la primavera”, pero en ningún momento del relato la persona da cuenta de ello. De hecho, reemplaza en su recuerdo Stravinski por Wagner. Probablemente ella no lo registró o lo había olvidado o nunca lo supo, pero sin embargo su relato es conmovedor. Ella elige hablar de esa obra porque la ha afectado. Entonces ese recuerdo, si se quiere distorsionado, tiene que ver con la diseminación de la obra y el devenir de la misma.
Tal vez mi trabajo tiene más que ver con aquello que se pierde, con lo que es imposible preservar. Al centrarme en el recuerdo y en el olvido asumo que la obra continúa viviendo en la memoria de sus participantes y supongo que poner el énfasis en la memoria es intentar entrar en la materia de ese devenir.
Lo que propongo aquí es pensar en la poética que se genera más allá del archivo.
Otra de las cosas que me interesaban era el proceso de transmisión de los recuerdos de una obra a terceros. ¿Es posible transmitir algo de la experiencia de la obra en esa evocación y generar nuevamente otro tipo de experiencia colectiva? Como dice Nachbar:
Remembering doesn’t mainly exist through the remembered but through this act of transfer and revival. (Martin Nachbar:2000)
La transmisión en este proyecto está mediatizada por una cámara, por una situación y un contexto específico, que deja como vestigio un documento, un video. Ya no es solo el cuerpo y su memoria, sino la memoria que queda impresa en la cinta. Dado este tipo de formato, los recuerdos de alguna manera se fijan, pero lo que el proyecto intenta es centrarse en lo que esos videos puedan evocar,o sea, en la poética que éstos son capaces de crear para no “desaparecer” sino devenir. El archivo que se crea entonces es un lugar de comienzos.
El énfasis de este trabajo es tratar a la memoria en su dimensión poética, en hacer una reflexión sobre como se construye una “poética de la rememoración” en la performance actual y como se imprime la memoria en los cuerpos, en el espacio, en los objetos, en el papel, en el vídeo. La memoria no es sólo vista como un vestigio de la obra, sino como una parte fundamental de su constitución.